- Todo fue muy rápido, estaba entrenando en una de las pequeñas casas de mi aldea con mi hermano cuando se oyó un ruido y unos gritos. Salimos fuera, yo tenía seis años y mi hermano cinco, nunca habíamos visto algo que se pareciera. El pueblo ardía en llamas. Las casas se derrumbaban y la madera se inflamaba a una velocidad de vértigo. Oímos unos relinchos y unos gritos de guerra detrás de las llamas. Nos acercamos a ver que pasaba y vimos un pequeño ejercito montados sobre sementales color blanco que prendían las casas con antorchas. Un jinete moreno de ojos azules parecía ser el jefe. A un lado, montones de cuerpos muertos se amontonaban. Reconocí a mis padres y uno de mis hermanos mayores pero no tuve tiempo de gritar su nombre. Algo me agarró de la manga y tiró de mí con urgencia. Era mi hermana Cristina, nueve años más grande que yo, que nos apremiaba. La seguimos hasta el bosque y allí nos escondimos hasta que los extraños caballeros desaparecieron. Nos dijo que nos buscaban a nosotros y que teníamos que huir. Dijo que ella los entretendría hasta que encontráramos un lugar seguro. Yo, sin pensarlo siquiera, arrastré a mi hermano por el bosque. Cuando me quise dar cuenta que había dejado atrás a la única hermana que me quedaba, volví sobre mis pasos, pero no la encontré ahí. Se había esfumado. Estuvimos caminando mucho tiempo, vagando de pueblo en pueblo, pero al los tres meses, perdí a mi hermano en una feria de un pueblo. He estado buscándolo estos últimos seis años, pero no hay ni rastro. Ni de él ni de mi hermana. Quizás estén muertos, no lo sé, no sé que pensar.
Este es el trozo de un libro que estoy escribiendo y que va a pasar en Tenicia. Es la historia de uno de los personajes, la principal. Se supone que se lo está contando a unos amigos que no hace mucho que conoce pero que la han sacado de apuros. Esta chica se llama Irina y para mis amigas (que están leyéndoselo) les he desvelado un pequeño de los misterios de este librito. Espero que os guste (y a Hina también).
